Según los reportes de los medios internacionales, miles de seguidores del exmandatario del Brasil, Jair Bolsonaro, invadieron el palacio presidencial, el Congreso y el Supremo Tribunal, protagonizando violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que finalmente lograron desalojar a los simpatizantes del expresidente.
Las fuerzas del orden del país vecino se hicieron presentes y detuvieron a al menos 400 de los manifestantes que invadieron los principales espacios del poder brasileño. El juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, ordenó a los militares desmantelar todos los campamentos de partidarios de Bolsonaro en todo el país en 24 horas e indicó a la policía que arrestaran a los manifestantes que aún estaban en las calles.
Por su parte el actual mandatario del país vecino, Luis Inácio Lula Da Silva, refirió que todo se trató de un intento de golpe y añadió que estas situaciones no prosperarán durante su mandato.
“Los golpistas que promovieron la destrucción de bienes públicos en Brasilia están siendo identificados y serán sancionados. Mañana retomamos labores en el Palacio del Planalto. Siempre Democracia”, expresó en sus redes sociales
Por otro lado, Jair Bolsonaro se deslindó de los saqueos e invasiones que realizaron sus seguidores:
“Las manifestaciones pacíficas son parte de la democracia. Sin embargo, los saqueos e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, se salen de la regla“, expresó Bolsonaro en una publicación de Twitter.