Varios días después del crimen y con mucha frialdad que sorprende a la Policía, un adolescente de 15 años confesó el asesinato de sus padres y su hermano de 10 años en España.
De acuerdo a lo informado por medios locales, el macabro crimen se produjo el 8 de febrero, pero nada se supo hasta el fin de semana cuando una vecina de la partida de Algoda, una comarca rural del llamao Campo de Elche en Alicate, España, se cruzó con el chico y preguntó por sus padres, a quienes hace días no veía.
El muchacho respondió que los había matado. Al escuchar esas palabras del supuesto asesino, la mujer llamó a un familiar y le comentó lo que había confesado el menor.
El pariente fue hasta la casa y descubrió que el relato del chico era cierto. Llamó a la Policía y a los servicios de emergencia. Llegaron los agentes, los servicios forenses y un equipo de psicólogos. El menor fue detenido.
El día de ayer, el joven confesó que había matado a su familia con una escopeta de caza y decidió quedarse en casa, con los muertos allí, sin decir nada.
Los investigadores indagan las causas que desataron la ira del menor y que lo llevaron a empuñar la escopeta y matar a sus padres y su hermano menor.
Fuentes policiales trabajan en una hipótesis: una discusión familiar por las malas notas del menor y el castigo impuesto por los padres. Lo dejaron sin jugar Play Station y le cortaron el wifi del teléfono.
El crimen, según indican fuentes de investigación, fue de una violencia inusitada.
Tras la discusión con la madre, el adolescente fue a buscar la escopeta, presuntamente de su padre. La cargó y volvió a la casa y disparó dos veces contra la mujer.
Posteriormente, la cargó de nuevo y fue directo junto a su hermano de 10 años, quien recibió varios impactos de bala.
Según detallaron, el papá no estaba en la casa, estaba trabajando, pero cuando regresó y abrió la puerta, el chico de 15 años le disparó. Otra vez dos tiros, pero en esta ocasión disparó una tercera, en la cabeza de su padre.
La actuación del joven tiene desconcertado a la Policía, ya que tras matar a toda su familia, trasladó los cadáveres a un cobertizo que hay junto a la casa y convivió con ellos varios días.
Tras su detención y confesión, los investigadores remarcaron la frialdad del presunto parricida que, hasta el momento, no expresó remordimiento alguno.
Fuente: Infobae