Un avión de pasajeros de la compañía Pegasus Airlines se ha salido este miércoles de la pista de aterrizaje en el aeropuerto de Sabiha Gökcen, en Estambul, provocando que el aparato se rompiera en tres partes. Afortunadamente, no se han lamentado víctimas mortales, según reportan autoridades turcas.
El avión es un Boeing 737 de 11 años de antigüedad, tal y como apunta FlightRadar24, y en él viajaban 171 pasajeros y 6 miembros de la tripulación. Algunos de los ocupantes han podido salir por las alas del avión, de acuerdo con las imágenes grabadas por medios locales, mientras los servicios de emergencias trabajan entre los restos del fuselaje para rescatar a personas que habrían quedado atrapadas.
Hasta el lugar se han trasladado un gran número de dotaciones del 112, Bomberos y la Presidencia para la Gestión de Emergencias y Desastres del Ministerio de Interior de Turquía (AFAD), así como militares que velan para mantener la zona acordonada y facilitar la labor de los servicios de emergencias.
El gobernador de Estambul, Ali Yerlikaya, ha confirmado que 120 personas han sido trasladadas en ambulancia a los hospitales de los alrededores, y ha agregado que la mayoría de los heridos “están bien, salvo una o dos personas”. Según la cadena turca NTV, los dos pilotos han resultado heridos, y uno de ellos se encuentra en estado grave. “Las labores de evacuación por los equipos de emergencias 112, Bomberos y AFAD continúan”, ha dicho Yerlikaya en un mensaje en Twitter.
El aeropuerto de Sabiha Gökçen, el menor de los dos ubicados en Estambul y que se halla en la parte asiática de la ciudad, ha quedado cerrado al tráfico. Por el momento, todos los vuelos han sido dirigidos al aeropuerto internacional de Estambul.
La Oficina del Fiscal General de Anatolia ha abierto una investigación para esclarecer las causas del siniestro.
Antecedentes muy cercanos.
El accidente se produce un mes después de que otro avión de Pegasus Airlines se saliera de la pista de aterrizaje en el mismo aeropuerto, en Estambul. El incidente, registrado el 7 de enero, se saldó sin muertos ni heridos y fue debido a las adversas condiciones climatológicas.
En enero de 2018, otro avión comercial de la compañía turca que cubría la ruta entre Ankara y Trabzon se salió de la pista de aterrizaje al derrapar y quedó varado en un acantilado. Los pilotos del Boeing 737-800 siniestrado aseguraron entonces que uno de los motores aceleró de forma repentina. El incidente se saldó sin víctimas.
Fuente: La Vanguardia.com