A pesar de que muchos piensan que perder la audición podría ser un obstáculo, Gustavo Peralta no piensa igual, ya que hoy hizo historia y un camino hacia la inclusión en el fútbol.
El joven de 20 años, que nació con pérdida del 80% de la capacidad auditiva, tuvo su debut soñado en primera, defendiendo los colores del Olimpia en la primera fase de la Copa Paraguay.
Gustavo no se conformó solo con debutar, sino también fue en busca del gol para un gran estreno en su carrera futbolística y así fue, ya que convirtió dos tantos para el Decano que midió al Deportivo Primavera.
El joven, de 1,80 metros, jugó 62 minutos y marcó un doblete. El primer gol lo hizo a los 24 minutos y el segundo a los 62.
Gustavo demostró ser gran ejemplo de superación, valentía y coraje, porque se enfrentó a cada obstáculo, luchó contra indiferencia y mostró que nada es imposible si uno se propone lograr lo que anhela.
“Algunos me decían cosas de él que me lastimaban”
En comunicación con Radio Uno, 650 AM, Ramón Peralta, padre de Gustavo, contó cómo vivió la familia el debut del joven y los momentos difíciles que pasaron a causa de la pérdida de audición parcial.
“Algunos me decían cosas de él (Gustavo) que me lastimaban, Decían que no iba a poder jugar, que le iba a costar comunicarse. Pasamos muchas cosas desde las inferiores”, expresó Ramón.
Asimismo, manifestó que, pese a la pérdida de audición parcial que sufre Gustavo, no le cuesta mucho comunicarse con las personas con quienes entra en confianza, ya que lee muy bien los labios.
En cuanto a su debut en el Decano, en el partido correspondiente a la primera fase de la Copa Paraguay, Ramón manifestó que fue muy emocionante ver a su hijo cumpliendo su sueño con la casaca de Olimpia.
“Nos sorprendió que esté de titular, después convirtió los goles y nos emocionó a todos hasta echar lágrimas”, dijo con mucho orgullo Ramón, quien señaló que Gustavo firmó con Olimpia por cinco años.
Por último, sostuvo que no es fácil llegar a integrar el plantel principal de Olimpia y debutar con goles, como lo hizo Gustavo, que pese a las adversidades, demostró que no existe nada imposible ni limitaciones que lo detengan.
