Caacupé: “Rechazar al migrante es un grave pecado”, afirma sacerdote

En el último día de novenario en honor a la Virgen de Caacupé, el sacerdote César Nery Villagra exhortó a tener especial atención a los migrantes de nuestro país.

Dic 6, 2024

El Presbítero César Nery Villagra, párroco de la Parroquia San Jorge de la Diócesis Castrense, tuvo a su cargo este viernes la homilía de la misa en el último día del novenario en Honor a la Virgen de Caacupé.

Presbítero César Nery Villagra, párroco de la Parroquia San Jorge de la Diócesis Castrense. Foto: Gentileza

El tema fue “Todos somos peregrinos de esperanza, especialmente los migrantes”. En ese sentido, el sacerdote pidió no discriminar a estas personas y seguir destacando la hospitalidad paraguaya.

“Aspiramos a la vida eterna, a la gloria futura, a la resurrección gloriosa en virtud de la sangre preciosa de Cristo y mientras peregrinamos en este mundo, en consecuencia, debemos tener una especial atención a los migrantes”, expresó.

Así también, señaló que, en nuestro país, muchos migrantes, hijos y descendientes extranjeros han ayudado a engrandecer nuestra nación, a cooperar con el proceso y desarrollo.

Por tal motivo, sostuvo que “rechazar al migrante es un grave pecado nos dice también el Santo Padre”.

En otro punto, el religioso también hizo énfasis sobre la justicia de Dios hacia el huérfano y la viuda, los más vulnerables en sociedades antiguas y contemporáneas. En ese sentido, afirmó que ellos forman parte de los débiles de la sociedad, que merecen la intervención divina y solidaridad humana.

“Tanto los huérfanos como las viudas no tienen posibilidad de defender su causa en los tribunales, porque el huérfano no tiene padre y la viuda no tiene marido, están desamparados”, dijo.
“Huérfanos y viudas viven sin protección, sin los recursos necesarios para sobrevivir en una cultura dominada por el hombre y un gobierno dominado por los adultos. Por eso Dios interviene a su favor”, sostuvo.

Finalmente, el párroco afirmó que todos somos peregrinos de esperanza, especialmente los migrantes. “El ser forastero, el ser migrante, o peregrino, está en el alma, en la esencia misma del creyente. En cuanto tales, caminamos hacia el futuro con esperanza en la salvación porque la semilla de esa esperanza, que Cristo puso en nuestros corazones, no defrauda”, concluyó.

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