Este fin de semana, vecinos del barrio Obrero denunciaron la realización de una fiesta clandestina que según los testigos, tuvo como anfitriones a agentes policiales, en una casa alquilada situada entre las calles Corrales y Caballero.
Según los vecinos, la concentración de personas era en gran cantidad con música a alto volumen y el consumo de bebidas alcohólicas.
Una mujer mayor de 60 años denunció que fue agredida físicamente cuando intentó grabar una escena indecorosa que mantenían en la calle los participantes del encuentro.
Además, mencionaron que los uniformados de la Comisaría 4ta Metropolitana, labraron acta y se retiraron del lugar sin llevar a cabo alguna detención, informó Fernando Torres, cronista del Grupo JBB.