La crisis económica que están atravesando miles de familias del país, sin dudas, es alarmante. La situación se plasma en cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), que demuestran la pobreza monetaria existente.
La pobreza está definida como la carencia de necesidades básicas para vivir y para considerar que una familia no se encuentra en esta franja, lo más lógico sería que sus ingresos cubran lo esencial como la alimentación, la salud, la educación y el acceso a servicios básicos.
Según datos del INE, que mide los índices de pobreza monetaria, unas 286.000 personas viven en la extrema pobreza en Paraguay; es decir, ni siquiera ganan lo suficiente para comer, panorama sumamente preocupante.
Teniendo como punto de partida el sueldo mínimo, las cifras del INE reflejan que apenas unas 360.000 personas ganan salario mínimo. Mientras que 799.000 perciben incluso menos que ese monto.
Haciendo el análisis, para cubrir la canasta básica de alimentos, una familia tipo de cuatro integrantes debe tener ingresos mensuales de G. 1.080.000 en zonas rurales y G. 2.760.000 en zonas urbanas.
Solo en la dimensión monetaria, nos percatamos que el salario mínimo (2.550.307) no cubre siquiera la alimentación.
Al respecto, el director del INE, Iván Ojeda, señaló que son varios los factores que influyeron y lo siguen haciendo para agudizar la crisis económica de las familias paraguayas.
Por ejemplo, a la sequía y los factores exógenos que venimos sintiendo, se sumaron otros como los picos de inflación y, pese a que se observa un mayor dinamismo del comercio y los servicios, aún es insuficiente.
“Nuestro país el año pasado sufrió una sequía muy fuerte y esto afectó al sector primario de la economía, agricultura, caza y pesca”, expresó Ojeda, quien detalló que la pobreza tiene múltiples dimensiones, no solo la monetaria.
Por eso, desde el 2021, el INE cuenta con el Índice de Pobreza Multidimensional, que mide aspectos como el acceso a la salud, la educación, la vivienda y el empleo, que permitirá tener una visión más holística de la realidad para la generación de políticas públicas más eficientes y focalizadas.
“Esto va a ser muy enriquecido con el próximo censo nacional de población y vivienda, donde vamos a tener un mapeo de la pobreza. Esto va a ayudar a mejorar la eficiencia del gasto público porque al tener la precisión de donde está el problema, las instituciones encargadas van a poder focalizar los recursos y tener un mayor impacto positivo”, puntualizó.
Finalmente, detalló que la medición se hará de forma anual y complementará la medición de la pobreza monetaria.