Como agradecimiento, mujeres Nivaclé homenajearon a médica

Sep 3, 2021

El pasado martes, la Dra. Liz Fabiana Zorrilla del Puerto, oriunda de la ciudad de Santaní, departamento de San Pedro, atendió a su último paciente en su consultorio en la USF de Filadelfia, Chaco paraguayo, y recibió un emotivo homenaje.

Dra. Liz Fabiana Zorrilla del Puerto,
Dra. Liz Fabiana Zorrilla del Puerto. Foto: Gentileza

La joven médica no se imaginó lo que podía pasar en su último día en la comunidad. Como forma de agradecimiento, mujeres indígenas Nivaclé llegaron hasta el puesto de salud para desearle lo mejor en su nuevo emprender.

“Estaba en mi último día de rotación por la USF cuando me toca la puerta un pacientito de 3 años en compañía de su abuela. Ellos vinieron solo a despedirse de mí”, comenzó relatando Fabiana.

“Al salir hacia la sala de espera me encuentro con la sorpresa de las abuelitas de la comunidad Nivaclé esperándome para brindarme un reconocimiento en nombre de la comunidad”, mencionó.

Fue en ese momento que Fabiana sintió la emoción a flor de piel y no pudo contener las lágrimas al observar el homenaje que le rendían las mujeres nativas.

“Una promotora me explicó que ellas, como agradecimiento a mi labor estos cuatro meses, querían cantarme y darme su bendición de una forma tradicional de ellos y ahí comenzaron las abuelitas a cantar y a girar alrededor mío”, expresó la joven médica de 27 años.

“Intenté contener las lágrimas pero no lo logre. Al momento que comenzaron a danzar me entro un pirĩ (piel de gallina) porque, aunque no lograba entender mucho que decía el canto, se sentía algo muy especial”, señaló Fabiana, quien se recibió de médica en el año 2017 y actualmente se encuentra en el último año de la residencia para acceder al título de especialista en Medicina Familiar y comunitaria en el Hospital de Filadelfia.

Como agradecimiento, indígenas nivaclé homenajearon a médica
Las abuelitas Nivaclé que homenajearon a médica. Foto: Gentileza

De igual manera, puntualizó que “al terminar el canto, se acercaron a mí y me abrazaron. Entre lágrimas me dijeron que estaban muy agradecidas por la atención que les brindé a sus hijos y nietos”.

“Luego me pasaron las plumas que llevaban en la mano, diciéndome que son para ahuyentar las malas vibras y para desearme suerte en la vida”, enfatizó Fabiana.

En cuanto al canto de las nativas, la médica puntualizó que las mujeres le explicaron que el significado del mismo es un rezo cantado, girando alrededor de la persona, demostrando de esta manera protección. “Son las abuelas las que realizan el canto porque ellas representan la sabiduría y la experiencia de vida. Lo hacen expresando un profundo agradecimiento y cariño”, sostuvo.

“No esperaba jamás vivir algo así, sentir el reconocimiento y amor de esta manera. Es realmente inexplicable lo que sentí en ese momento; fue muy emotivo y no pude contener las lágrimas, me sentí tan querida”, expresó rebosada de felicidad la Dra. Fabiana.

El momento del homenaje a la Dra. Fabiana. Video: Gentileza

Además de estar en consultorio, también la joven profesional aprovechó para adentrarse la comunidad indígena y conocer el día a día de estas personas. “Aprendí mucho más de lo que imaginé alguna vez de cómo son las comunidades indígenas. En el hospital recibimos muchos pacientes indígenas, de varias etnias y cada una con sus propias características, idioma, cultura y costumbres”, dijo.

“En este caso me tocó estar de cerca con los Nivaclé y realmente me encantó la experiencia que viví con ellos. Cada día era un aprendizaje para la vida, buscar entenderlos y amarlos tal cual son”, expresó Fabiana, quien hizo muchos amiguitos en Filadelfia, jugaba a la pelota con los chicos y sacaba una sonrisa después de cada consulta.

Extrema necesidad, la dura realidad en el Chaco 

La misma contó que llegó a la USF debido a que en el programa de residencia de la especialidad en la que actualmente realiza existe una rotación de cuatro meses por la Atención Primaria en Salud (APS). “Fue ahí que solicité ir a esta USF Uj’e Lhavos que está dentro mismo de la comunidad Nivaclé”, acotó.

La profesional mencionó que vivió, sintió y también sufrió con el pueblo Nivaclé. “Sufrí con ellos la necesidad de recursos, la impotencia y muchas veces el callejón sin salida ante algunas situaciones que no podíamos solucionar por falta de recursos, ante la falta de más personal médico y de enfermería capacitado”, contó.

"En el hospital recibimos muchos pacientes indígenas"
“En el hospital recibimos muchos pacientes indígenas”, mencionó Fabiana. Foto: Gentileza

“Ellos también merecen una atención digna. Muchas veces nos veíamos saturados tratando de atender a todos y darles una atención de calidad, porque aunque muchas veces no se expresen con palabras, ellos también sienten y sufren en silencio. Te parte el alma lo que reflejan sus miradas llenas de dolor e impotencia ante algunas situaciones”, lamentó Fabiana.

Igualmente, la doctora expresó: “es admirable cómo en silencio, muchos seguro con hambre o cansados, se sientan a esperar largas horas para ser atendidos ante la falta de médicos y enfermeros que cumplan sus distintas funciones”.

“Es enorme la labor que cumple como equipo las personas que sirven en esta USF la mayoría de las veces de manos atadas y sobresaturadas, pero siempre tratando de brindar lo mejor; muchas veces quedándose mucho más de la hora con tal de intentar ayudar a todos”, subrayó.

Anécdotas que atesora en su corazón

Fabiana contó que durante los cuatro meses sirviendo con mucho amor en suelo chaqueño vivió muchas situaciones que se convirtieron en inolvidables anécdotas.

“La más linda sin dudas fue el día que llevamos una paciente al Hospital de Villa Choferes a bordo de la camioneta de la comunidad y de regreso una larga conversación con el chofer, entre risas y chistes, por los ´bailes´ que daba la camioneta debido al mal estado de los caminos”, recordó.

“En ese momento entendí la vida de otra manera, de mirar más allá de mí y de todos. Entender que somos tan bendecidos por tener posibilidades que muchos no tienen y quien, que más de una vez muchos no supimos valorar o no intentamos por el miedo a fracasar cuando hay tanto sudor y lágrimas en manos de esta gente que lucha día a día para llevar alimento a su hogar. Ver esas manos que llevan marcas de una y mil historias de sacrificio y amor hacia la vida”, expresó emocionada.

Al ser consultada sobre el motivo que la llevó a servir en comunidades rurales, la Dra. sostuvo que siempre sintió en su corazón que tenía que servir en el Chaco.

“Tenía bien claro que quería ir ahí porque sabía que, aunque sea corto el tiempo, iba a sentirme útil. Sabía que estando allí mi corazón se iba a inflar de emoción cuando ganábamos una batalla, así como también iba a sentir dolor e impotencia cuando la perdíamos”, indicó.

El pequeño paciente que llegó hasta la USF a despedirse de la médica.
El pequeño paciente que llegó hasta la USF a despedirse de la médica. Foto: Gentileza

Por último, la médica manifestó que jamás olvidará la experiencia maravillosa que le tocó vivir. “Puedo decir que fue la mejor parte de estos años, porque recién ahora entiendo lo que quería mostrarme Dios cuando me dio ese empujoncito aquel día para que me animara ir a ciegas a un lugar desconocido para mí. Descubrí que hay un mundo después del puente Remanso que debe ser conocido, amado y respetado”, finalizó.

La Dra. Liz, tras servir en la USF, volvió al Hospital de Filadelfia donde estará hasta finales de marzo del año próximo, periodo en el cual culminará el programa de residencia.

 

 

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