En el marco de las festividades de la Virgen de Caacupé, conocimos la historia de doña Saturnina Ramírez, la chipera más antigua de la Basílica de la Villa Serrana.

La conmovedora historia de doña Saturnina, la chipera más antigua de Caacupé. Foto: captura
Doña Saturnina nos cuenta su conmovedora historia de cómo participó en la construcción de la Basílica de la Virgen de Caacupé, hoy día la casa de todos los católicos paraguayos.
“Cuando iban a comenzar a construir la Basílica, nosotros traíamos desde Azcurra los ladrillos para la construcción en la época del monseñor Aquino. Nosotros veníamos caminando desde ahí para ayudar a la virgencita para la construcción de su casa“, expresó doña Saturnina.
Sostuvo que, al finalizar las obras de la basílica, ella se instaló ahí con su madre para vender chipa, una forma honrada de llevar el pan de cada día a su casa.
“Después ya comencé a trabajar acá en frente, desde los 16 años aproximadamente, porque mi mamá ya vendía la chipa y entonces yo venía ya con ella; así comencé acá y mi mamá vendió chipa hasta los 94 años acá en la Basílica“, refirió.
Doña Saturnina es una fiel creyente de la Virgen; afirma que siempre le reza para agradecerle por el trabajo y el pan de cada día, por darle fortaleza para trabajar todos los días.
“Le agradezco siempre a la Virgen por darme salud, trabajo, porque soy feliz acá trabajando humildemente. Ella nos da el pan de cada día, por eso hay que rezarle nomás siempre; ella nos da todo“, concluyó.
Doña Saturnina Ramírez es el claro ejemplo de la vida sacrificada que llevan los paraguayos buscando llevar el pan de cada día a su casa y como la fe hacia la Virgen se convierte en su fortaleza de todos los días.



