Bernardo Gómez de 36 años había desaparecido en las inmediaciones de la estancia Alazán en julio del 2019. Familiares realizaron la denuncia correspondiente y pensaron que se trataba de un secuestro.
Meses después, tras un allanamiento en la estancia, encontraron un cráneo el cual fue puesto en manos de médicos forenses para un peritaje. Compararon los restos óseos con la genética de su hija, y se confirmó que el mismo pertenece a Gómez, mediante el fiscal Samuel Valdez. Informó Joel Riveros, corresponsal de la zona del Grupo JBB.
El Ministerio Público ya se encuentra realizando las investigaciones pertinentes, bajo la causa de homicidio doloso.
Bernardo residía en el asentamiento Zanja Morotí, en el distrito de Azote’y donde trabajaba en el centro de salud. Vivía con su pareja y un hijo menor.