El economista Amílcar Ferreira analizó el impacto del Covid-19 sobre la economía paraguaya. Sostuvo que esta crisis no va a terminar en poco tiempo y que es necesario olvidarnos del Paraguay con excesos y salarios alto, porque ya no será sostenible.
Afirmó que el Gobierno está actuando en base a premisas falsas frente a la crisis, ya que se piensa que esto durará unos 2 meses o un tiempo corto y que después todo volverá a ser como antes y eso no va a suceder, aseguró.
Criticó que el Ministerio de Hacienda plantee el endeudamiento de unos 1.600 millones de dólares, de los cuales 670 millones de dólares, se destinen a sostener el gasto corriente, principalmente los salarios del sector público al 100% por dos meses.
Es decir, que en dos meses habremos dilapidado un tercio del endeudamiento valioso que está a nuestro alcance y que quizás sea el último ante esta situación y luego, no podremos atender todas las necesidades que se vienen, indicó.
¿Qué es lo que se viene después del Covid-19?
El economista manifestó que los próximos 12 meses formarán parte de un periodo de un mundo en recesión, un mundo de países con fronteras cerradas, crisis sanitarias y graves problemas económicos.
Dijo que el Paraguay no escapará a esta realidad y que a diferencia a otras crisis económicas anteriores, esta vez no contaremos con la “válvula de escape” que antes teníamos: la migración.
Refirió que no podremos migrar, porque la gente en los otros países también estarán afrontando graves problemas económicos y probablemente, con las fronteras aún cerradas. “Como mínimo a la economía mundial le llevará un año recuperarse de esto”, presagió.
¿Cómo podemos evitar el desastre?
El profesional expresó que esta situación tenemos sostener y administrar nosotros mismos, mediante la implementación de ciertas medidas para amortiguar el golpe, ya que el impacto económico es inevitable. Sostuvo que lo mejor que se puede hacer es reconocer la gravedad de la situación y que el Estado de inmediato implemente un “presupuesto de emergencia”, que nos dé oxígeno por lo menos por un año.
¿Pero qué implica este presupuesto de emergencia? El economista propone el recorte inmediato de gastos al mínimo y el topeo de salarios, para intentar equilibrar los ingresos tributarios con los gastos.
Con todos los gastos recortados, aseguró que se podrá realizar el fondo de emergencia y de esa manera reservar los 1.600 millones de dólares para dos cosas. Planteó que 600 millones de dólares deben ser destinados para atender la emergencia sanitaria, compra de insumos, camas de terapia intensiva, respiradores y pagar al personal de blanco. Los 1.000 millones restantes, se destinarán a atender la emergencia social que se viene y poder asistir a todas las familias que quedan sin ingreso, por lo menos por un año.
Ferreira alegó que en caso de errar en el pronóstico, y que el país pueda recuperarse antes de tiempo, “habremos pecado de precavidos, pero no de irresponsables”.
