Hasta el pasado jueves, la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) registró unos 12.282 focos de calor, más de 2.000 de ellos de incendio, concentrados en los departamentos de Villa Hayes y Central, que vienen devastando zonas boscosas que amenazan a las zonas urbanas.
Según el experto ambientalista, Enrique Bragayrac, los factores que influyen en estos incendios de gran magnitud que, prácticamente, se registran todos los años en el país y cada vez peor, van más allá de la norma 30-30-30, y la sequía.
En primer lugar, señaló que la quema de pastizales y montes para la limpieza y marca perimetral de las tierras es una práctica ancestral que desde los inicios de la humanidad hasta la actualidad es una herramienta en la agricultura y ganadería, lo que conforma un factor cultural en las quemazones
De allí, se pasa al segundo factor, el económico, pues delimitar terrenos y hacer limpieza de montes sin utilizar al fuego como herramienta principal, tiene un alto costo que la gran mayoría no puede sostener, ya que implica maquinarias y recursos humanos que sepan manejarlo, por lo que eligen usar las quemas que, en comparación, “no cuestan casi nada”.
Por último, indicó el factor legal, mencionando que la misma ley que prohíbe la quema de bosques o pastizales, permite esa práctica “de forma controlada” y previamente autorizada por los municipios, con una serie de precauciones que deben tomarse para garantizar que el fuego no se salga de control.
Juntando los tres factores, Bragayrac mencionó que se deja ver que no existe ninguna política de prevención de incendios, más bien se reacciona cuando el incendio ya está descontrolado, tomando como ejemplo el caso sucedido hace pocos días en el predio del aeropuerto Silvio Pettirossi.
“Nadie hace prevención de incendios, nadie se preocupa de limpiar límites. No puede ser que en el aeropuerto ocurra un incendio. Si existe un plan de gestión ambiental, tiene que tener un ítem que diga control y manejo de incendios. Pero eso tiene un costo, entonces las cosas se juntan”, expresó el ambientalista.
Ante esta situación, consideró que el trabajo para solucionar el problema debe llevar la suma de esfuerzos multisectoriales con un presupuesto establecido, ya que si no se maneja como una cuestión operativa con una política de Estado, no se podrá llegar al objetivo.
“Formar una comisión que agrupe a todas las instituciones responsables, o aunque sea vinculadas, al tema de los incendios o manejo de los territorios culturales y ancestrales”, concluyó.
