El abogado Rogelio Ríos es un ciudadano de Cambyretá que presentó un amparo que solicita fijar un plazo para el desagote de la barcaza, antes de que suceda el derrame que puede causar consecuencias irreversibles en el medio ambiente, y que incluso afectaría a la población, pues son varios los distritos que consumen el agua potable de la planta de la Essap sobre el río Paraná.
En contacto con el programa A Fondo, de Unicanal, el director de recursos hídricos del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), explicó que, tras la denuncia. desde la institución abrieron una carpeta de acción jurídica y penal en la Fiscalía, y una administrativa por parte de la institución.
“Hemos preparado los antecedentes técnicos y las recomendaciones para la fiscalía y a través de ellos se tiene que desarrollar el retiro de estos líquidos a otro sitio. El MADES establece como autoridad los procedimientos que deben dar mandato al propietario de la embarcación para que proceda al retiro, eso es lo que nosotros planteamos como institución”.
Aclaró que ya se dispuso la colocación de una malla de protección en el lugar, y se procedió. Detalló que hay dos cámaras dentro del buque, en una de ellas hay aceite vegetal, y en el otro, hidrocarburos provenientes del motor.
Por su parte, el ingeniero ambiental Eduardo Dose, de la Entidad Binacional Yacyretá, y miembro de la Comisión Nacional de Defensa de los Recursos Naturales (CONADERNA), señaló que lo preocupante es que el buque se encuentra apoyado en la base del lecho del río, lo que puede ser crítico si la situación continúa y las aguas suben, debido a que eso aumentaría la presión sobre la estructura del buque, pudiendo provocar el derrame de los fluidos.
Dose manifestó que el día de hoy, la comitiva del CONADERNA fue hasta el lugar, y junto con el propietario del buque y su abogado llegaron a un acuerdo y establecieron que, una vez que el MADES, a través de la Fiscalía, autorice el trabajo para el desagote de los líquidos, iniciarán el bombeo del aceite a unos tambores, que luego serán trasladados al lugar donde serán tratados.
En comunicación con Carolina Fossati, investigadora del Laboratorio de Ecología Acuática de la Universidad Nacional de Pilar, se explicó el gran peligro que representa este tipo de derrames. Indicó que el caudal del Paraná no podrá diluir el aceite que queda en la superficie, lo que impedirá que los rayos solares atraviesen y cortará con el proceso de fotosíntesis, causando una gran mortandad de fauna y flora, y pérdida de biodiversidad que podría ser irreversible.
“Hay que hacer la limpieza si o si, no es que con el tiempo se diluye. Estamos hablando de siete distritos que dependen de ese cauce. No hay tiempo, hay que actuar inmediatamente porque la barcaza está en situación crítica”.
Por último, enfatizó en que la limpieza del derrame podría llevar entre 15 y 20 años, y puntualizó que en el país no existen los equipos con capacidad para hacer la limpieza, e igual durante la limpieza se van a perderá un montón de biodiversidad.