Los técnicos de la empresa estatal explicaron que las obras de la subestación y de la línea de 500 Kv, que tendrá 53 km de extensión, permitirán que nuestro país disponga de toda la energía que corresponde de la represa de Itaipú, y así también será garantizada la distribución.
El gerente técnico de la Ande, Ubaldo Fernández, explicó que el objetivo es terminar las obras en un plazo de dos años, como previa a la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú en el año 2023.
“Con las obras vamos a tener la potencialidad de retirar toda la potencia que nos corresponde desde Itaipú”, señaló.
Sobre la interconexión para la venta de energía a otros países, Fernández explicó que ya se está trabajando en eso, y que se están terminando de implementar esquemas de control para que las dos centrales puedan operar sincronizadamente.
“Una vez que esté eso establecido, podríamos pensar en convertirnos en un corredor energético. Lo que permiten estas obras que adjudicamos es que pueda crecer sustancialmente el flujo de energía”, subrayó.
Las obras adjudicadas tendrán una inversión de US$ 102 millones, a un plazo estimado de 26 meses.
