La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) entregó un nuevo informe especial en donde se analizan los impactos económicos y sociales de la guerra en Ucrania en la región, y entrega recomendaciones a sus países sobre cómo enfrentarlos.
Según el organismo de las Naciones Unidas, las economías de la zona enfrentan una coyuntura difícil en 2022 en un contexto externo de incertidumbre, inflación (en especial de alimentos y energía) y desaceleración de la actividad económica y el comercio, donde México, Colombia, Brasil y Paraguay, se verían más afectados.
¿Nueva crisis?
La región tiene contextos internos caracterizados por una fuerte desaceleración económica, aumentos de la inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales, lo que aumentará los niveles de pobreza y pobreza extrema. Así, 7.8 millones de personas se sumarían a los 86.4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo.
Las economías de América Latina y el Caribe comenzaron a experimentar un incremento de la tasa de inflación en 2021. Mientras al cierre de 2021, la inflación anual de la región alcanzó un 6,6%, esa tasa aumentó a 8,1% en abril de 2022, al tiempo que muchos bancos centrales anticipan que la inflación se mantendrá elevada en lo que resta de año, agrega el documento.
En diciembre de 2021, la Cepal proyectaba un aumento del 10% del valor de las exportaciones regionales de bienes y del 9% del valor de las importaciones. Sin embargo, el alza de los precios de varios de los principales productos que la región comercializa eleva la proyección para 2022 a una expansión del 23% tanto de las exportaciones como de las importaciones.
¿Cómo enfrentarla?
La Cepal propone seguir utilizando la política fiscal como elemento central de la política de desarrollo, lo que requiere fortalecer los ingresos públicos para ampliar el espacio fiscal. Es necesario reducir la evasión, reorientar gastos tributarios y fortalecer la progresividad de la estructura tributaria.
Para contener las presiones inflacionarias, fundamentalmente impulsadas por factores de oferta, es necesario que la política monetaria utilice el más amplio espectro de herramientas disponibles.
Esto requiere combinar el uso de la tasa de política monetaria con instrumentos macro prudenciales y cambiarios, a fin de enfrentar la inflación minimizando los efectos negativos sobre el crecimiento y la inversión.