Cuidar de uno de los últimos grandes fragmentos del Bosque Atlántico y de una de las últimas zonas boscosas que tiene Paraguay, como lo es la reserva San Rafael, debería ser tarea de todos los ciudadanos, de los sectores privados y del mismo Gobierno.
No obstante, son pocas las organizaciones y grupos de personas que realizan la gran tarea de proteger este tesoro de la mano del hombre, de la tala indiscriminada y la caza ilegal de especies protegidas.
La reserva San Rafael sigue sufriendo desde hace años constantes amenazas y prácticamente se ha convertido en “tierra de nadie” ante la inacción del Estado. En la zona, uno de los baluartes medioambientales del país, continúa la deforestación, la tala ilegal y las plantaciones de marihuana.
La Asociación Pro Cordillera San Rafael, ProCosara, es la organización que lleva 24 años trabajando por la conservación de esta riqueza natural. Alicia Eisenkölbl Closs, directora ejecutiva de asociación, reveló que en lo que va del año efectuaron más de diez denuncias ante la fiscalía por “rollo tráfico” y deforestación; por el contrario, ninguna de las causas ha sido propiamente investigada.
La asociación, que cuenta con el apoyo del Ministerio del Ambiente y otras organizaciones como Guyra Paraguay para la realización de monitoreo dentro de la reserva, casi de manera periódica constata la realización de extracción ilegal de madera e incendios de pastizales.
Según mencionaron, estos y otros atropellos dentro de la reserva San Rafael son algunas de las irregularidades que constantemente son denunciados ante la Fiscalía, el Ministerio del Ambiente e Infona, a la espera de una intervención real e idónea para detener esta práctica, que amenaza con la conservación.
Eisenkölbl Closs lamenta que no exista un trabajo en conjunto con las autoridades competentes para frenar la tala indiscriminada dentro de la reserva San Rafael por lo que el cuidado de más de 73.000 hectáreas se hace cada vez más complicado.
No solamente son los ojos de esta organización la que ve con preocupación y denuncia sobre los atropellos al medio ambiente dentro de la reserva. Catalino López, de la comunidad nativa Mbya Guaraní, se mostró sumamente preocupado por el avance del rollo de tráfico en el lugar.
Además, lamentó que existan personas que se encuentran “jugando por el medioambiente”. López contó que muchos de los líderes indígenas estarían actuando de cómplices en la tala y extracción de manera.
Más amenaza para el Bosque Atlántico en la reserva San Rafael
Según datos brindados por la organización Guyra Paraguay, unas 60 hectáreas fueron consumidas por las llamas durante los últimos grandes incendios, registrados en agosto de este año.
Los guardaparques de la Estación Kanguery y la Brigada 66 de Bomberos Forestales de Alto Verá y ProCosara son los principales responsables de prevenir y contener el avance del fuego por medio de su sistema de monitoreo permanente.
Las invasiones de tierra no son una excepción dentro de la reserva, ya que constantemente grupos de campesinos ingresan a la zona queriendo ocupar de manera ilegal estas tierras.
Desde ProCosara informaron que son muy pocas las intervenciones fiscales que se realizan por esta denuncia, por lo que la ocupación de tierra dentro de la reserva se realiza de manera “libre”.
De acuerdo a datos proveídos por el Ministerio del Ambiente, el año pasado se perdió alrededor del 30% de la reserva. Por ello, urge que el Estado tome medidas para la protección de este tesoro natural, que todos los días está amenazado.