El ingeniero agrónomo Leoncio Ríos es el jefe del Vivero Municipal de la Costanera, donde se producen plantas ornamentales y árboles nativos para reforestar la ciudad, además de abono orgánico hecho de retazos de árboles que son talados por construcciones, caídos por tormentas o podados en residencias.
El proceso se realiza con una máquina trituradora que opera de forma ecológica y convierte las ramas y troncos en un material que tarda de 45 a 60 días en descomponerse y, de esta manera, convertirse en abono orgánico para ser utilizado en las plantaciones con objetivos de reforestación.
El ing. Ríos comentó que, tras el temporal del fin de semana, llegó hasta el vivero una gran cantidad de árboles que cayeron, con lo que se podría llegar a unas 20 a 30 toneladas de abono orgánico que podrá cubrir grandes espacios verdes.
Además, el vivero trabaja en convenio con constructoras que deben remover árboles de los terrenos para iniciar sus obras, para que los restos sean llevados de forma directa hasta la Costanera, así como también la ciudadanía, luego de sus podas, puede llevar lo que quede.
“Las personas pueden venir a depositar sus restos de árboles talados o podas acá, de hecho, estamos trabajando con constructoras que sacan árboles y nos traen acá para convertir en abono”, explicó el ingeniero agrónomo.
Este proceso se viene realizando, según comentó, hace varias administraciones de forma muy discreta, sin embargo, aseguró que con la nueva administración se están haciendo mayores campañas de recolección y limpieza de restos de tala y poda.
“Venimos trabajando en silencio porque no había muchos recursos, pero estamos hace tiempo trabajando con la Municipalidad. En vez de llevar a Cateura estos materiales nos traen acá”, concluyó.
El vivero municipal cuenta con funcionarios que son profesionales y estudiantes de carreras, que vienen de forma voluntaria y buscan hacer dinero extra, como por ejemplo, un abogado, un estudiante de veterinaria, y un técnico forestal.