La abogada Liz Martínez, defensora de los oficiales Juan Amarilla y Derlis Sanabria, acusados de herir a un menor en medio de una irregular persecución policial, aseguró a medios locales que lo sucedido fue un accidente y manifestó que tiene pruebas de ello.
Sostuvo que al caer la patrullera en un bache, el arma con que contaban se activó y “los disparos se dieron automáticamente”, en forma de ráfaga. La defensora incluso aseguró que el padre del niño actuó con bastante imprudencia y expuso a su familia con su actuación.
Refirió que el hombre pasó varias estaciones de servicio sin detenerse a pedir auxilio, contraria a su versión de que buscaba un lugar con buena iluminación. Martínez incluso expresó que varios testigos ya brindaron su versión de lo sucedido y que cuenta además con imágenes de circuito cerrado.
En cuanto a la omisión de auxilio al menor, de la que también son acusados los uniformados, manifestó que cuentan con registros de que solicitaron apoyo al sistema del 911 y a los bomberos voluntarios.