En horas de la noche del martes, una mujer se acercó desesperada al cuartel de Bomberos Voluntarios de la localidad de Yguazú, departamento de Alto Paraná, para pedir ayuda debido a que su bebé de apenas un mes de vida se estaba ahogando y, en consecuencia, no podía respirar.
Inmediatamente, el personal que se encontraba en el lugar socorrió al pequeño, practicándole la maniobra de Heimlich, que salvó su vida.
El héroe de esta historia es el capitán mayor, Daniel Gómez, quien al percatarse que el bebé tenía las vías respiratorias obstruidas, lo tomó en sus brazos y e intervino de forma rápida y oportuna.
En comunicación con la redacción, Gómez manifestó que el hecho se registró alrededor de las 20:15 del martes y afortunadamente el bebé ya está fuera de peligro.
“La mamá vino desesperada con su hijo en brazos y, al percatarme de la situación, le agarré al bebé, que ya estaba color morado y no se movía más. Ahí procedí a realizar la maniobra de Heimlich”, detalló.
En otra línea, mencionó que, con la técnica utilizada, logró desbloquear las vías respiratorias y estabilizar al pequeño. “Cuando comenzó a reaccionar, le alcé en una de nuestras unidades donde le puse el oxígeno durante tres minutos hasta estabilizarlo por completo”, contó.
Finalmente, el capitán mayor resaltó la importancia de conocer esta técnica, que en el momento indicado puede salvar vidas. “Con el mínimo conocimiento de esta maniobra, uno puede salvar la vida de un adulto o un niño. No está demás tener el pequeño conocimiento de esos primeros auxilios”, sentenció.
¿Qué es la maniobra de Heimlich?
Es un procedimiento de emergencia para rescatar a una víctima de atragantamiento, que se produce cuando un objeto se atasca en la garganta, obstruyendo las vías respiratorias.
La maniobra varía cuando se debe aplicar sobre cuerpos de niños o bebés. Concretamente, en los menores de 1 año no es recomendable utilizar la misma posición que respecto al cuerpo del adulto.
En caso de bebés, lo indicado en esta maniobra es dar cinco palmadas; con este paso, puede que el bebé consiga expulsar el objeto de atragantamiento.