Hace unos días, saltaron varias denuncias de mujeres que fueron atacadas por un supuesto violador serial de 35 años en la ciudad de Coronel Oviedo, quien irrumpía las viviendas de sus víctimas en horas de la noche y madrugada.
El último caso fue el de una mujer, que fue atacada mientras dormía con su pequeña hija de 2 años en su domicilio ubicado en el barrio Calle Hovy de la mencionada ciudad.
En un valiente y desgarrador relato, la mujer contó sobre el día que el hombre ingresó a su casa, los momentos de terror que vivió y cómo logró salvar su vida y la de su bebé.
A continuación el tremendo testimonio:
“Quiero compartir con ustedes la peor experiencia de mi vida que no me deja dormir hace dos días”, comenzó relatando la mujer en su cuenta de Facebook.
En esa línea, continuó diciendo que el viernes 26 de abril, a las 4:00 de la madrugada, se despidió de su esposo, un agente del Grupo Lince, que salió de su vivienda con destino a su trabajo.
“Me levanté a cerrar la puerta, ya que me quedaría sola con mi pequeña hija de 2 años en casa, esperando su retorno en el transcurso del día; procedo a cerrar la puerta y me vuelvo a acostar en nuestra habitación, donde casi al instante volví a conciliar el sueño”, escribió.
Sin embargo, 20 minutos después, la víctima señaló que escuchó ruidos dentro de la casa; pensó que eran sus mascotas jugando, por lo que decide levantarse e ir a revisar.
“Incrédulamente procedo a abrir mi puerta llevándome el peor de los sustos; frente a mi puerta estaba un hombre robusto, con abrigo negro, tapabocas negro, kepis negro, con guantes negro y un jeans vaquero color oscuro, que me agarró de mi ropa y me tiró del cuello por la pared”, contó.
En esa línea, la víctima mencionó que el hombre le pidió que guardara silencio, de lo contrario, amenazó con matarla a ella y a su hija. “Al terminar sus palabras procede a tirarme del cuello por el piso y subirse rápidamente sobre mí, donde deja mi torso desnudo tocándome los pechos, rebuscándose por mi ropa interior y lamiéndome la cara de una pasada”, recordó.
En ese momento, la joven madre señaló que quedó helada y no tuvo reacción alguna, pero al instante sintió las partes íntimas del hombre, despertando una rabia e ira.
“El rostro de un animal”
La víctima aseveró que, a pesar de los golpes que recibía, pudo defenderse y golpear al hombre, que en todo momento actuaba con mucha violencia.
“A patadas pude darle en su parte íntima y este salió de encima de mío; casi al instante cuando intento levantarme me agarra del cabello y me tira nuevamente al piso tratando de sostenerme con una de sus piernas mi brazo derecho”.
“En ese momento empecé a darle golpes con mi mano izquierda a la cara metía mis dedos en sus ojos y un momento logré romperle el tapabocas y vi su cara, la cara de mi agresor, el rostro de un animal, porque hombre no es”, agregó.
Los golpes continuaron e inclusive el hombre intentó taparle la cara a la mujer, pero esta jamás se dio por vencida y comenzó a darle golpes de puño. “Una vez más logré sacarlo de encima, pero al levantarme una vez más me sujeta y me vuelve a tumbar de inmediato; procede a quitarse su guante de la mano derecha y saca un revólver de su cintura y me apunta con dirección a la cara”, indicó.
“En ese momento me quedo helada sin moverme, pero me percato casi al instante cuando observo el arma de fuego que no tenía balas porque la luz pasaba por entre el tambor”, puntualizó con valentía.
Ante esta situación, la víctima señaló que con la fuerza que solo puede atribuirle a Dios, se levanta y nuevamente se abalanza sobre él, logrando despojarlo de su revólver.
“Cuando logra superarme, sabía que con puños no podría causar suficiente daño a lo que procedo a darle un cabezazo y al soltarme lo empujo y cae por una mesa de hierro, tumbando todo a su paso”, relató.
Una pesadilla que pareciera no acabar
Cuando la mujer pensó que ya estaba derrotando al hombre, este saca un arma blanca e intenta nuevamente abalanzarse sobre la misma, con la intención de matarla.
“Intentó clavarme el cuchillo, pero se le escapa de las manos, el cuchillo cae al piso y yo lo agarro; en el momento que quiso abalanzarse sobre mí logro darle una puñalada en el pecho; él rápidamente da pasos hacia atrás y con ambas manos arriba me mira y me dice ´mba´e piko la ejapova; ko´anga la rojukatava´ (qué lo que hiciste, ahora lo que te voy a matar)”, escribió la víctima.
Proteger a su hija
Ante esta situación, la mujer contó que rápidamente se dirigió a su habitación donde se encontraba su hija de 2 años, que estaba presenciando todo lo ocurrido.
“Ella estaba viendo toda la terrible escena, llorando y gritando a mi mami no tío, inocentemente”, indicó.
Rápidamente, la mujer mencionó que cerró la puerta y tumbó un ropero a fin de que el hombre no trate de ingresar. “Mi agresor quiso volver a ingresar, pero se percató de que ya no podría hacerlo”, dijo.
“Desesperada empecé a llamar a la policía 911 durante 19 veces seguidas y no me atendió. Después llamé a mis padres, que en un momento llegaron y me socorrieron hasta un hospital por mis golpes”, complementó.
Exige justicia por ella y otras víctimas
Gracias a su lucha incansable, la mujer logró que su agresor abandonara la casa, pero actualmente el hombre sigue libre y ella en zozobra, “con miedo al monstruo que me espera afuera para lastimarme”, lamentó.
“El Ministerio Público y la Policía hacen su trabajo incansablemente tratando de dar con su paradero, me dan contención y apoyo, pero hoy pido que pague, que se haga justicia. Él no quería robar, él me quería violar y hoy me cuesta tanto vivir así, que me animo a contarles para que estén en alerta”, sostuvo la mujer.
“Hoy yo solo tengo heridas en el cuerpo que sanarán, pero a las demás mujeres a quienes pudo coaccionar, quiénes las sanan. Yo misma me siento sucia con asco, con temor; eso no es vida, las mujeres merecemos ser libres y vivir tranquilas sin temor de estar a merced de un violador”, sentenció la víctima.
Cabe señalar que, tras este último caso, el supuesto agresor fue identificado como José Asunción Gavilán González, quien ya cuenta por orden de captura por este hecho.
El hombre es considerado como una persona bastante peligrosa; cuenta con 10 órdenes de captura y varios antecedentes por hurtos, robos y coacción sexual.