Comer bien, hace bien. Junto con otros hábitos saludables básicos, como hacer ejercicio con regularidad, probar y aprender cosas nuevas, y priorizar el sueño, una de las mejores apuestas para reducir el riesgo de tales afecciones y mantener el cerebro en forma, es concentrarse en la nutrición.
El cerebro es una máquina bien engrasada. Por eso requiere el combustible adecuado es decir, los nutrientes para funcionar de manera óptima.
Según explica Jonathan Purtell, RD, dietista registrado en el Hospital Lenox Hill, el cerebro trabaja día y noche sin descanso, además de regular las funciones cognitivas como la memoria y el aprendizaje, también está a cargo de procesos esenciales como la respiración, el movimiento y el control de la temperatura, entre otros. Comer bien apoyará estas funciones y, en última instancia, la salud en general.
Los mejores alimentos para la salud del cerebro
1. Verduras de hoja verde: las verduras de hoja verde ofrecen vitamina A , que ayuda a las neuronas (células nerviosas) a regular el aprendizaje y la memoria. También proporcionan vitamina C y vitamina K , que cuentan con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias respectivamente. Esto es clave porque el estrés oxidativo y la inflamación son dos de los peores enemigos de tu cabeza. Es por eso que lo expertos sugieren tomar al menos 2 o 3 tazas de verduras de hojas verdes oscuras al día.
2. Frutos Rojos: Los frutos rojos están repletos de flavonoides, un tipo de antioxidante que le da a las frutas y verduras sus matices brillantes. “Trate de comer media taza de frutos rojos, particularmente arándanos o fresas, al menos tres veces a la semana”, sugieren los expertos. “Póngalos en sus batidos matutinos, agréguelos a la avena o al yogur, o mézclelos en una ensalada para darle un toque dulce”.
3. Nueces: sus impresionantes beneficios para el cerebro son el puntapié para empezar a incorporarlas todos los días. Los frutos secos ofrecen ácidos grasos omega-3, las grasas “buenas” que ayudan a mantener la integridad estructural del cerebro.
4. Pescado: Al igual que las nueces, los pescados grasos son ricos en ácidos grasos omega-3. Además de apoyar la estructura de su cerebro, estas grasas ayudan a disminuir los niveles de beta-amiloide (un tipo de proteína) en su sangre. Los altos niveles de beta-amiloide están asociados con la demencia y la enfermedad de Alzheimer, pero comer muchos omega-3 puede ayudar a reducir el riesgo. De hecho, según un estudio de 2020, consumir pescado puede respaldar los procesos cognitivos, incluida la memoria y el funcionamiento ejecutivo.
Fuente: Infobae.