A 100 días de la primera bomba que estalló en Ucrania desde las tropas rusas, se habla de que la destrucción, el sufrimiento y la muerte son el día a día de los ucranianos que ya se encuentran diseminados por toda Europa.
Según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, desde el inicio de la invasión rusa, al menos 4.000 civiles han muerto, más de 14 millones de personas han huido, se han denunciado cientos de posibles crímenes de guerra y las bombas han alcanzado cientos de edificios civiles como casas, colegios y hospitales.
Así también, indican que al menos ocho periodistas han perdido la vida mientras cubrían la guerra, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), que está investigando si otros siete profesionales fueron asesinados a causa de su trabajo. Reporteros Sin Fronteras ha contabilizado 50 actos susceptibles de ser considerados crímenes de guerra y que afectan a unos 120 periodistas.
La invasión rusa ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes en todo el país. La ONU calcula que 15,7 millones de personas necesitan ayuda humanitaria. Las condiciones están empeorando tanto en el este como en el sur de Ucrania, con continuas interrupciones a gran escala del suministro de electricidad, agua y gas.
En ese marco, Naciones Unidas ha pedido a los gobiernos 2.250 millones de dólares (unos 2.100 millones de euros) para brindar asistencia hasta agosto. Aproximadamente el 30% de los fondos aún no se han cubierto.
Por su parte, la Fiscalía ucraniana dice que, desde el comienzo de la invasión, se han denunciado más de 15.000 presuntos crímenes de guerra. Se han identificado unos 600 sospechosos y se han iniciado 80 procesos judiciales. La agencia Associated Press ha verificado pruebas de 276 posibles crímenes de guerra en territorio ucraniano, con datos actualizados a 2 de junio.
Fuente: ONU, El Diario.es