Para intentar controlar una subida de contagios de coronavirus, atribuida a una nueva cepa, el Gobierno de Boris Johnson decidió endurecer las restricciones y prohibir las reuniones navideñas que, en principio, estaban autorizadas entre el 22 y el 28 de diciembre, para dar flexibilidad a las familias.
Sin embargo, en una rueda de prensa, el primer ministro declaró que “Parece que esta propagación está alimentada por una nueva variante del virus”, que “parece transmitirse significativamente más fácil”.
Los comercios considerados “no esenciales” no podrán abrir: restaurantes, bares y pubs así como gimnasios, museos, galerías de arte, teatros y cines deberán cerrar sus puertas. Igualmente, todos los desplazamientos ya sean dentro del territorio nacional o para ir al extranjero, estarán prohibidos.
Por otra parte, el director médico de Inglaterra, Chris Wittty, manifestó que “Una nueva cepa de coronavirus identificada en el Reino Unido puede propagarse más rápidamente y se está trabajando de urgencia para confirmar que no causa una mayor mortalidad”. Asimismo, informó que ya han alertado a la Organización Mundial de la Salud.
“Como Primer Ministro es mi deber tomar las decisiones difíciles, hacer lo correcto para proteger a la gente de este país. “Estamos sacrificando nuestra oportunidad de ver a nuestros seres queridos esta Navidad, por lo que tenemos una mejor oportunidad de proteger sus vidas para poder verlos en las próximas Navidades”, expresó Boris Johnson a traves de su cuenta de Twitter.
Fuente: Infobae