Fue masiva la participación de la ciudadanía chilena que luego salió a festejar la mayoría de votos a favor de una nueva Constitución Nacional, dado que la que se encuentra vigente actualmente, data de las épocas de dictadura de Augusto Pinochet, por lo que se considera por un gran sector de la sociedad, que la misma no contempla la igualdad social.
Un 78,8% de aceptación tuvo la convención constitucional, paritaria e integrada solo por ciudadanos que serán elegidos para participar de la redacción del nuevo documento, que en el futuro regirá legalmente sobre la nación Chilena.
La opción del rechazo al cambio constitucional recibió un 22,03 % de los votos, mientras que la opción de que la nueva Carta Magna la elabore una convención mixta formada por parlamentarios y ciudadanos electos obtuvo el 20,94% de los votos.
Las 155 personas que integrarán la convención ciudadana que redactará la nueva Constitución serán elegidas por votación popular el 11 de abril del año que viene, y a partir de entonces tendrán un margen de nueves meses para elaborar el texto de la nueva Carta Magna. El texto resultante será sometido a un nuevo referéndum, ya en 2022, que será de voto obligatorio y en el que los ciudadanos decidirán si lo aprueban o rechazan.
La tasa de participación era un dato clave para la cita electoral en plena pandemia, en un país donde desde 2012 el voto es voluntario.
La oposición de izquierda se mostró partidaria del cambio en todo momento, mientras que los cuatro partidos de derecha que integran la coalición gubernamental se mostraron divididos entre los que defendían el cambio constitucional y quienes apoyaban elaborar un nuevo texto.
El plebiscito se celebró un año después de que tuviera lugar, el 25 de octubre de 2019, la mayor marcha realizada en democracia. Más de 1,2 millones de personas se reunieron en torno a la Plaza Italia de Santiago.