El juez del encuentro entre Libertad y Cerro Porteño, José Méndez, habló en Radio Uno sobre la polémica generada tras la expulsión de tres jugadores azulgranas y lo que dejó el compromiso en La Huerta, donde el Guma se coronó campeón.
“Eran dos equipos que tenían gran volumen de juego, como se vio en el primer tiempo y el segundo tiempo creo que por, irresponsabilidad de los jugadores, les valió la expulsión”, comenzó diciendo.
Asimismo, Méndez, quien mostró la roja a los azulgranas Rivas, Aquino y Carrascal, afirmó que “cada jugador tiene que ser responsables de sus actos y hay límites que no se pueden pasar”.
Sobre Aquino, quien realizó gestos de “dinero” a la hinchada de Libertad tras ser expulsado, el juez manifestó que observó todo lo que pasó. “Todo lo que vi está en el informe. El gesto es más que elocuente y hay límites que no se pueden pasar, y pasó eso”, aseveró.
“No sé qué habrá pensado Aquino para reaccionar de esa manera”, añadió Méndez, quien resaltó que “traté de ser más claro en mis decisiones y no sancionar pequeños contactos“.
Igualmente, manifestó que lo más normal es que un duelo termine 11 contra 11, pero aseveró que situaciones claras es imposible obviarlas. “Cada jugador debe ser responsable de sus actos”, reiteró.
Volviendo a lo de Aquino, Méndez repudió su temperamento y afirmó que fue muy ofensivo que lo haya encarado de la manera en que lo hizo. “Hubo contacto físico, en la imagen se nota, y conté todo en el informe; en un momento creo que me pega en la mano también”, lamentó.
Por otra parte, habló sobre la expulsión de Carrascal por doble amarilla. “La primera amarilla fue por reclamo de mala forma y la segunda por la falta”, comentó.
“Cada árbitro es consciente de lo que puede permitir en cancha. Yo hablo con los jugadores, pero hay un límite al momento de expresar las molestias y una vez que se pasan es imposible y no puedo dejar que me maltraten“, puntualizó.
Finalmente, manifestó que recibió el apoyo de Horacio Elizondo, director de árbitros de la APF. “Al finalizar el partido me llamó y me dijo ‘buen partido, que me quede tranquilo'”, concluyó.