La intención de conmemorar el Día Mundial de la Alergia en esta fecha es crear conciencia sobre las enfermedades alérgicas, como también la búsqueda de tratamientos efectivos que mejoren la calidad de vida de las personas que las padecen. “Hoy en día son consideradas una verdadera epidemia silenciosa y se calcula que para el 2.050, la mitad de la población mundial sufrirá algún tipo de enfermedad alérgica”, señaló el alergista Jaime Guggiari.
El especialista afirmó que los cuadros alérgicos más frecuentes actualmente son la rinitis alérgica y el asma bronquial alérgica, sobre todo en niños escolares y adolescentes. Sin embargo, también aumentó considerablemente la cantidad de pacientes adultos, por cuadros de reacción alérgica a diferentes medicamentos.
Existen varias pruebas para diagnosticar las alergias, algunas consisten en someter al paciente a una provocación con aquella sustancia que se sospecha que es la responsable de sus síntomas. Así como la provocación oral controlada para alimentos o medicamentos. Para casos especiales y más complicados se cuentan con los exámenes de laboratorio.
“Existen servicios de alergia a nivel de salud pública, hay un servicio de alergia que funciona dentro del Ineram, también del Hospital de Clínicas, creo que el Policlínico Policial y el Hospital Nacional también tienen sus servicios de alergia. Lógicamente no son servicios con la infraestructura y el personal suficiente para atender tanta demanda, porque en realidad esto se está yendo un poco de las manos y tendría que generarse una política de salud pública tendiente a poder resolver este tipo de problemas que en breve van a empezar a saturar los servicios”, reflexionó el profesional médico.
El principal tratamiento en alergia se basa en evitar la sustancia responsable de generar los síntomas, pero también, se cuenta con protocolos de aplicación por vía oral, sublingual, subcutánea o endovenosa para la realización de los mismos. El diagnóstico y tratamiento adecuado previenen la aparición de las complicaciones, por ejemplo, que una rinitis alérgica no evolucione hacia el asma, anafilaxia que puede incluso causar la muerte.