Con profundo dolor, familiares, compañeros y amigos del fiscal Marcelo Pecci, asesinado en Colombia, le dieron el último adiós este domingo 15 de mayo.
Antes de llegar a su última morada, el cementerio de la Recoleta, el funcionario del Ministerio Público pasó por el club Guaraní, institución a la cual apoyó y siguió desde pequeño.
Asimismo, los restos de Pecci llegaron hasta la parroquia y colegio San José, donde el reconocido fiscal estudió desde su infancia.
Su padre, Francisco Pecci, en el último adiós volvió a recordar los inicios de su hijo dentro de la institución pública y las travesías que enfrentó Marcelo a lo largo de su trayectoria como cabeza de la Unidad Contra el Crimen Organizado.
“Él fue ascendiendo de a poco con sus méritos, estuvo en una sección muy difícil en cuanto al riesgo que conlleva eso en la lucha contra la criminalidad que existe en diversos países y en forma concadenada trabaja para la desgracia de la humanidad”, expresó.
“Me dicen que mi hijo es un héroe, un patriota, un mártir, el pueblo en general. La gente entiende que a él lo mataron, desgraciadamente, porque molestaba por su honestidad a mucha gente, mataron a un hombre por cumplir con su trabajo, la mala gente, la corrupta”, lamentó don Francisco, quien describió a Marcelo como un ser honesto, íntegro y decente.
Cabe recordar que Pecci fue asesinado en Colombia, donde disfrutaba su último día de luna de miel.