La Dra. Susana Sánchez, jefa de la sala de lactantes de la Cátedra de Pediatría de la Facultad de Ciencias Médicas UNA, se refirió al proceso de destetar, un proceso que requiere de paciencia y comprensión.
Primeramente, la profesional explicó que destetar significa separar algo, en este caso, nos referimos a la lactancia materna, cuando el niño o la madre deciden ya no seguir amamantando.
En este contexto, la profesional mencionó que se pueden tener diversos tipos, el destete programado, respetuoso o el espontáneo. “El más sencillo es el destete espontáneo que va de la mano del destete respetuoso, que es cuando el niño decide dejar de mamar, va espaciando sus tiempos de tomas en frecuencia y también en tiempo de lactancia, que es lo que nosotros recomendamos”, manifestó.
Igualmente, la Dra. Sánchez recordó que la Organización Mundial de Salud (OMS) recomienda la lactancia exclusiva hasta los seis meses y, luego, continuar la lactancia con alimentación complementaria hasta los dos e incluso tres años.
“Para todas las mamás que están pensando hacer el destete, deben tener en cuenta que es posible que el niño ya vaya dejando el pecho materno de una manera gradual, puede ir hasta los tres años o cuatro años. Ya no tanto con fines nutritivos sino para no perder el contacto estrecho que el niño tiene con la mamá”, detalló. .
Asimismo, la médica se refirió al destete programado, ya sea por razones de salud materna o del niño. Por ejemplo, hay un error congénito de metabolismo, por lo cual es necesario calcular bien las dosis de aporte de ciertos aminoácidos y, por ende, ir disminuyendo los aportes de leche materna y que el niño deje de lactar.
En todos los casos, la profesional resaltó que lo importante es que la mamá conozca a su hijo y posiblemente se dé cuenta que la frecuencia de las tomas es menor, mama menos tiempo, entonces nota que el niño va dejando los pechos y que es el momento de destetar.
“Si no ocurre eso lo que sugerimos es que las mamis vayan poniendo tiempos a los momentos de lactar al bebé, y que se establezcan horarios no de duración sino de horas establecidas. Éste es el momento de desayunar, de almorzar, de merendar y de cenar, no dar a libre demanda el pecho como al principio”, recomendó.
“Si ya están llegando los dos años y sentimos que es el momento de hacer el destete entonces ir trabajando también con el niño, hablando, ya que a esa edad ellos ya entienden, por ejemplo, ahora vamos a merendar y después vamos a tomar la teta”, agregó.
Asimismo, resaltó que la idea es que no dejen de alimentarse, pues muchas veces, al hacer un destete brusco, puede repercutir en su hábito de alimentación y su estado nutricional que es lo que no se quiere.
Recomendaciones: Lo que no se debe de hacer
– No ofrecer, o no preguntar al niño si quiere el pecho si él no está pidiendo
– No dar de mamar antes de las comidas principales, para que el niño tenga apetito y quiera desayunar, almorzar, merendar o cenar.
– No aplicar ningún producto en los pezones (ya sean cosas amargas o colores pretendiendo que hay herida) eso no es respetuoso, y puede causar un trauma en el niño por la sensación de culpa de creer que causó un daño a la mamá.
– No extraerse la leche cuando una se encuentra en el trabajo (a medida que bajan las tomas, va bajando la producción de leche) y esto hace que los niños no se sacien y opten por consumir más alimentos.
– No dar bruscamente algún alimento en reemplazo del pecho, como por ejemplo el yogurt, ya que el niño solo quiere eso y contiene mucha azúcar y otros componentes que en exceso le hacen mal.
“Los mitos pueden ser peligrosos, como ser la aplicación de cualquier producto en los pezones, no todos los cuerpos son iguales y pueden causar irritaciones, infecciones o cualquier tipo de problemas”, sentenció la profesional.