El Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición proporciona algunas recomendaciones alimentarias para el verano, ya que el aumento de la temperatura propicia la descomposición rápida de los alimentos, por lo que es importante que los mismos se mantengan siempre refrigerados.
En esa línea, indican que es importante tener en cuenta la alimentación saludable aprovechando la frescura de frutas y verduras, y la correcta hidratación, así como otros cuidados.
Hábitos saludables:
– Tomar agua potable constantemente (8 vasos o más), para evitar la pérdida de líquidos por el excesivo calor.
– Consumir diariamente alimentos frescos como verduras y frutas de estación por su mayor disponibilidad, además de aportar los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo.
– Disminuir el consumo de alimentos grasos, ya que estos se alojan en el organismo como reserva en caso de no compensarlos con gasto energético.
Manipulación de alimentos:
– Utilizar agua potable para lavar las manos, las frutas y verduras, los utensilios, y preparar las comidas, hielo o jugos.
– Cocinar completamente los alimentos, especialmente carnes, pollos, huevos, pescados, sopas y guisos.
– Recalentar la comida hasta que esté bien caliente.
– No dejar alimentos cocidos a temperatura ambiente durante más de dos horas.
– No guardar las comidas preparadas por mucho tiempo, ni siquiera en la heladera.
Si hubiera corte de electricidad:
– Tratar de no abrir constantemente la heladera.
– Guardar los lácteos, las frutas y verduras en conservadoras con hielo, además de las carnes, evitando el contacto directo entre ellos.
Fuente: Ministerio de Salud