El obispo de Ciudad del Este, monseñor Guillermo Steckling, expuso en medio de la homilía que existe la santidad de los laicos y que la misma pueda ser practicada mediante acciones justas en favor de los que más lo necesitan.
“El mundo debe ser transformado, duele el ambiente que nos rodea, esto no puede seguir así”, expresó en el tercer día de novenario en honor a la Virgen de Caacupé.
Steckling destacó la necesidad de transformar el mundo. “A veces nos duele el ambiente que nos rodea, esto no puede seguir así”, lamentó.
En esa misma línea, condenó las desigualdades existentes en la sociedad y sobre todo, lo relacionado a la expulsión de las comunidades indígenas de las tierras que han habitado por años. Dijo que no se les puede dar un lugar adecuado y aplicar las leyes que los protejan.
“El mundo debe ser transformado y ese es también trabajo de los laicos, pero yo no puedo transformar nada si yo mismo no he sido cambiado por la eucaristía”, enfatizó.
A modo de ejemplo, habló de aquellos que otorgan un trabajo para salvar a las personas de las malas influencias y de los que cuidan a los ancianos. “Ahí está el juez justo que aplica una ley a favor de la gente pobre, aunque otros lo van a desaprobar, incluso le van a presionar”, señaló.