Tras los incidentes, la toma de rehenes y los focos de incendios provocados dentro del Penal de Tacumbú, siete personas privadas de su libertad fueron asesinadas, de las cuales solamente dos contaban con una condena.
Uno de los internos fallecidos, que contaba con una pena, era Julio César González Cáceres quien había recibido una condena de 27 años de prisión en el año 2018.
El hombre, de 40 años, fue hallado culpable por el asesinato de su hijo de cinco años de edad, ocurrido el 18 de marzo del 2015 en Chaco’i. Este caso conmocionó a nivel país, ya que Julio César cometió el crimen como una venganza contra la madre del niño de quien se había separado. Además, confesó cómo mató al pequeño y dónde arrojó su cuerpo.
El otro interno fallecido, que contaba con una condena, era Roberto Ríos de 54 años. El hombre recibió una pena de nueve años de cárcel por robo agravado.
Ríos, quien salió de la cárcel en el 2014, siguió perpetrando varios asaltos por lo que volvió a prisión en el año 2019. El mismo operaba con una gavilla liderada por Rubén Darío Rey Gómez, alias “El abuelo”.
Mientras que los reclusos asesinados que no tenían una condena fueron identificados como: Francisco Vargas Leiva quien estaba procesado por hurto agravado; Carlos Raúl Casco Rojas, procesado por hurto agravado; Fernando Ortiz Echeverría, procesado por hurto agravado; Julio César Shareamm Barrios, procesado por robo agravado y Alcides Ramón González González, procesado por robo agravado.