El 18 de enero, del 2020, los padres del joven Fernando Báez recibían la trágica noticia. A su hijo, que había ido a un boliche en la ciudad de Villa Gessell, Argentina, lo mataron.
Fernando, hijo de paraguayos, fue atacado por un grupo de rugbiers que lo golpearon hasta dejarlo incosciente en plena avenida gesselina.
De acuerdo con el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, el asesinato de Fernando Báez Sosa estuvo planeado y hubo una división de roles para atacar a traición.
“Lo que se sostiene es que hubo un altercado, una pelea previa dentro del boliche, entre los amigos de la víctima, la víctima y estos muchachos. A raíz de este altercado, a los ocho imputados los sacan del lugar”, explicó Escoda.
Las imputaciones contra los rugbiers no son solo por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, que comprende la pena de prisión perpetua.
También incluyen las acusaciones de lesiones por la golpiza a los cinco amigos de Báez.
Los ocho acusados del brutal ataque frente a la discoteca pasan sus días en la Alcaidía N° 3 de Melchor Romero sin recibir el acoso de otros presos. Los mismos fueron identificados como Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Michael Viollaz, Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi.
La causa se encuentra en trámite del pedido de elevación a juicio oral presentado por la fiscal del caso, Verónica Zamboni. Los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez, piden justicia. “Nos quedamos vacíos eternamente”, expresaron.
Fuente: Infobae