En una heladería ubicada sobre la ruta 2 en el kilómetro 20 de la ciudad de Capiatá, un hombre que aparentemente quería elegir entre los sabores que había, ingresó por detrás del mostrador y agarró del cuello a la cajera, llevándola al baño.
El mismo, astutamente, hizo creer a la mujer que portaba un arma, ya que en todo momento tenía su mano en el bolsillo de atrás, simulando que en cualquier instante podría utilizarla, cosa que nunca ocurrió. Mientras la empleada se escondía en el sanitario, el delincuente procedió a llevar toda la recaudación del día.
El ladrón no tenía una vestimenta extraña, ni pasamontañas. Según se observa en las imágenes de circuito cerrado, llevaba calzados deportivos, un pantalón llamativo y una remera.