Este año, los fieles vivieron la Santa Misa en honor a la Virgen de Caacupé a través de los medios de comunicación, pues la Pandemia impidió que miles de feligreses lleguen hasta la Villa Serrana a vivir la fiesta mariana más grande del país.
A puertas cerrradas y con la explanada de la Basílica vacía, se llevó a cabo la misa central presidida por el Monseñor Ricardo Valenzuela.
“Este año celebramos el 8 de diciembre la fiesta de Tupãsy Caacupé de manera muy especial. La Pandemia afectó el número de peregrinos y la forma festiva de las diferentes manifestaciones que habitualmente caracertiza la gran peregrinacion de cada año”, comenzó diciendo en su homilía el Monseñor Ricardo Valenzuela.
El religioso mencionó que actualmente vive en una época absorbida por el mundo y condena legalización del aborto. Refirió que “el aborto constituye una amenaza a la racionalidad, pues agrede a la vida y la familia”.
Por otra parte, pidió que se tenga la suficiente fuerza en el combate a la corrupción, el narcotráfico, lavado de dinero, abuso de menores, secuestros, violencia contra la mujer y todo tipo de males.
“Es necesario llegar a un consenso ideal para encontrar soluciones a los problemas de todos, particularmente la pobreza, la injusticia y la depredación de nuestros bosques”, mencionó el religioso.
Asimismo, solicitó que los resposables de la justicia, fiscales y jueces, sean audaces y combatan la corrupción decididamente, para que el Paraguay esté limpio y excento de “compras de la justicia”.
“La Pandemia ha hecho que estos problemas sean más visibles y también muestran la necesidad de encontrar formas y soluciones para todos”, mencionó el Monseñor.
El monseñor Valenzuela procedió a la lectura de una carta en donde expresó que pudo haber sido peor nuestra situación en la Pandemia, pero gracias a la fe de las personas nos mantuvo fuerte”,
El religioso hizo llegar sus condolencias a las personas que perdieron familiares a causa del virus. “Esta situación será superada y la Patria soñada saldrá adelante”, indicó.
“Observamos con tristeza tantas muertes, la precariedad en insfraestructura en la salud pública y a los profesionales de salud con insuficientees elementos de trabajo y bajo salario”, lamentó el Monseñor.
Finalmente, mencionó que “Paraguay necesita líderes lucidos, comprometidos con la causa nacional”.