Ramón es un joven de 28 años y es portador de una cardiopatía grave. En medio de esta delicada situación de salud, dio positivo a la prueba del Covid-19, hace algunas semanas.
Afortunadamente, logró superar al virus a pesar de la enfermedad de base que padece. Sin embargo, debido a que la cardiopatía se encuentra en fase terminal y se vio sumamente descompensado a raíz del virus, los especialistas médicos del Instituto Nacional de Cardiología decidieron conectarlo, hace 9 días, a un equipo de corazón artificial para mantenerlo con vida y listo para un trasplante.
El Dr. Marcos Melgarejo, médico cardiólogo, explicó que el tiempo que una persona está conectada a un corazón artificial es transitorio, ya que sigue deteriorándose, por lo que apelan a la solidaridad de las personas, que ante la triste y difícil situación de despedir a un ser querido, puedan pensar en la posibilidad de regalar vida a otro ser humano.
Actualmente, en este servicio de salud dos personas adultas también están en lista de espera, así como otros dos niños de 10 y 11 años, quienes son pacientes del Hospital Pediátrico Acosta Ñu. Este año, sólo un niño pudo acceder a un trasplante de corazón. El profesional relató que el mismo se encuentra en su casa, disfrutando y cuidando de esta nueva oportunidad de vida.