La Penitenciaría Nacional de Tacumbú ya no puede crecer ni edilicia ni poblacionalmente, es lo que sostiene la ministra de Justicia, Cecilia Pérez. Consideró que el penal debe permanecer cerrado por seguridad y por la gran corrupción que impera en el establecimiento.
De hecho recordó que el cierre de la penitenciaría se dio mucho antes de la pandemia, ante la imposibilidad de seguir recibiendo internos. “Nunca más se abrió Tacumbú y eso ayudó a que sea relativamente más manejable”, indicó.
La ministra defendió la construcción de más cárceles y admitió que una materia pendiente es separar a los reclusos con condena de los que solo están procesados. La secretaria de Estado argumentó que el cierre del establecimiento se debe realizar con el objetivo de dar seguridad al barrio Tacumbú, ya que se trata de una zona urbana. “Tenemos actualmente tres penales que están en centro de ciudad. El de Ciudad del Este, el de Buen Pastor y el de Tacumbú, que está en un barrio muy popular”, recordó.
Además, la ministra mencionó que la sobrepoblación permite el descontrol y la corrupción en el establecimiento penitenciario. Recordó que la capacidad de población del centro es para 1.500 personas, pero señaló que actualmente conviven más de 2.700, las cuales se encuentran totalmente hacinadas.
Manifestó que para lograr fortalecer el sistema penitenciario, lo primero que se debe hacer es trabajar la estructura edilicia, luego, respetar la capacidad de los centros de reclusión, y además, trabajar en la gestión penitenciaria con la formación del personal, que presta servicio en los penales.