Si bien en Paraguay el clima frío no dura mucho, solo hacen falta unos pocos días de bajas temperaturas para rendirnos ante los dulces, las comidas típicas, y las comidas calientes con más calorías, además de aflojar con la actividad física, lo que puede resultar en un aumento de peso.
¿Por qué sucede esto?
Según la licenciada Leyla Benítez, es normal que busquemos comidas más calóricas en el frío. Esto se debe a que nuestros cuerpos necesitan más calorías para mantener la temperatura. Además, sucede que con el frío, tendemos a quedarnos más tiempo en nuestras casas, y esto puede provocar que comamos más de lo debido.
“Con el frío a todos nos estiran las comidas más calóricas, y también somos un poco más haraganes, y eso no está mal. Solo tenemos que adaptar nuestras comidas diarias para satisfacer las necesidades del cuerpo, siempre tener en cuenta nuestras porciones, y no olvidarnos de hacer aunque sea lo mínimo de actividad física”, explicó.
Para mantener un peso saludable, a pesar de los antojos y tentaciones, ¿debe ser diferente nuestra dieta en invierno que en verano? La Lic. Leyla señala que no debería haber mucho cambio, sino adaptación. “En invierno cuesta más comer una ensalada, entonces, se puede cambiar por verduras cocidas al vapor, hervidas, o al horno. O incluirlas en un suflé, sopa o guisado”.
Agregó, además, que subir kilos de grasa no es tan fácil como creemos, “lo que suele suceder es que retenemos más líquidos porque no hacemos tanto ejercicio como en otras estaciones”, explicó, y eso se suma a que el consumo de agua también disminuye con las bajas temperaturas.
“Los carbohidratos en exceso son los que nos hacen almacenar grasa, y por supuesto, es importantísimo tomar mucha agua”, indicó.
Respecto a la retención de líquidos, la licenciada afirmó que el consumo de bebidas calientes, como el mate y el té, pueden ayudar a evitar la retención, por sus propiedades diuréticas, pero no reemplazan en su función hidratante al agua.
“Estas bebidas no reemplazan pero sí suman. Sería bueno ir combinando el agua con el mate o té, y lo que yo aconsejo es tomar un buen vaso de agua con cada comida que hagamos, con eso, llegamos aunque sea a la mínima ingesta de agua”.
¿Qué pasa si no tengo tiempo de hacer actividad física todos los días?
Recordemos que un estilo de vida saludable no solo supone una dieta balanceada, sino también realizar ejercicios aunque sea una hora por día. Y si llevamos una agenda muy apretada, la Lic. Benítez recomienda armar una rutina de tres o cuatro días por semana, pero con un entrenamiento de mayor intensidad, ya que tener un descanso durante la semana, ayuda a que los días que tocan las actividades físicas, las hagamos con mucha más energía.
Sobre el punto, Leyla menciona que hay que tener en cuenta las NEAT (por sus siglas en inglés), que son todas las actividades físicas que realizamos, que no se encuentran programadas en una rutina de ejercicios.
“Pasear al perro, limpiar la casa, ir al súper, ir de compras, todo eso suma al desgaste físico, lo que aporta a la quema de calorías y descenso de peso. También recomiendo usar las escaleras en vez del ascensor, estacionar unas cuadras antes para hacer un poco de caminata, todo suma”.
Explicó que, si el objetivo es obtener un físico más atlético, o más trabajado, la actividad física y los entrenamientos tienen una mayor importancia en la vida cotidiana.
Por otro lado, Leyla señala que el consumo de guisos de fideo, arroz, el vori-vori, puchero, y lentejas, es ideal para el invierno, siempre que cuidemos las porciones. También recomendó, como una manera de adaptar nuestras comidas al clima frío, aumentar la cantidad de verduras y hortalizas en las recetas de las comidas mencionadas.
“¡Los guisos tienen todo! Hay un mal concepto de los guisados, pero es por las porciones que se sirven. Para estas comidas se suelen usar platos hondos, y eso hace que la porción sea excedida, en cambio, si te servís en plato playo (común), tenemos la porción justa y una comida bien completa”.
Aconsejó también que, en el caso de consumir mucho este tipo de comidas, por ser lo que hay en casa, se eviten las colaciones, el famoso postre después de las comidas, para no excederse con los carbohidratos.
¿En qué consiste un plato completo y cuáles son las porciones ideales? La nutricionista explicó que un plato “estándar” debe estar compuesto por 50% verduras crudas o cocidas, 25% proteínas (carnes, legumbres, huevo), y 25% carbohidratos (panes, pastas, papa, batata, arroz).
Finalmente, la licenciada reiteró que tener una alimentación saludable se traduce en una mejora de la calidad de vida en todos los aspectos; ayuda a mantener un peso sano, levanta los ánimos, aumenta la energía y productividad en el día, e influye en tener resultados más rápidos una vez que comenzamos a hacer ejercicios físicos.
“Nada debe ser exagerado ni excesivo, se trata de adquirir hábitos saludables, y no imponer cambios muy dramáticos a nuestro organismo, para evitar lesiones, o aumentos y descensos de peso repentinos. Mantener un estilo saludable como modo de vida”, concluyó.
